Marea celebra el rock en el Wizink Center

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Los de Berriozar llenaron el escenario de amigos y el público de perros verdes presumiendo de “entradas agotadas”.

Ser un perro verde nunca pasa de moda. O al menos, no para las 15.000 personas que llenaron la pista y gradas del Wizink Center el pasado 18 de noviembre, colgando el cartel de “entradas agotadas”.

La banda de Berriozar, capitaneada por Kutxi Romero, se encuentra en la actualidad presentando su último disco Los Potros del Tiempo, presentado a finales de 2022. Algo que el propio Kutxi reconoce como insólito, al haber lanzado durante el 2019 El Azogue tras un largo parón en su carrera.

Y es que con Los Marea nunca se sabe cuándo puede ser el último concierto, ya que Kolibrí Díaz, César Ramallo, Edu Beaumont “Piñas” Alén Ayerdi, con Kutxi Romero a la cabeza, siempre lo dicen: hacen música como una necesidad y cuando les apetece. Por lo que cada concierto puede ser el último y hay que disfrutarlo como tal. Y el público lo disfrutó muchísimo, dejando momentos increíbles donde las voces eran ensordecedoras y las linternas rompían la oscuridad como luciérnagas en una noche cerrada.

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Además de presentar Los Potros del Tiempo, que ocupó gran parte del repertorio de más de dos horas y media, no dejaron atrás ninguna de los grandes himnos que han dejado para la historia del rock español. Y para gran parte de las canciones, se rodearon de sus amigos y familiares en el escenario. Así, el primer invitado en subir a cantar fue su hijo Aaron Romero, que sigue la andadura de su padre con su banda Linaje. Tras un poema al más puro estilo “Romero”, dieron paso a una de las canciones insignes de la banda, “Corazón de mimbre”. Y tras él, otros muchos amigos de la banda pisaron el escenario madrileño: La luna me sabe a poco la interpretó junto a Carlos Escobedo (Sober), Nuestra fosa con Paco ventura (Medina Azahara), Trileros junto con su hermano Martín Romero (Bocanada), Jindama, que ya se ha convertido en todo un himno entre los fans, la cantaron con Luter y como broche final, Ibai Ganuza se subió a cantar Marea.

Y entre tantos amigos durante la velada, fue imposible no recordar a los amigos que quedaron por el camino. Como ya suelen acostumbrar, incluyeron en el setlist una canción de Barricada (El trompo) y no perdieron la ocasión para volver a homenajear a su amigo Boni, el cual se sintió muy presente en el escenario gracias a que su guitarra fue tocada con el mayor de los respetos por Kolibrí.

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Hoy me ha llamado mi madre para decirme tras un vídeo que subí a stories: “niña, yo no sabía que esa gente llenaban tanto”. “¿Cómo no van a llenar tanto, mamá? Son Los Marea.” Y eso me ha hecho recordar el discurso que dio Kutxi durante el concierto, cuando la gente se pregunta si siguen llenando recintos. Y es que los de Berriozar son los últimos de una estirpe de rockeros bien definida y que, como él dice: “tienen una forma de sentir, tocar y vivir el rock and roll. Vendrán otras bandas, que lo harán mejor o peor, pero de otra manera.”

Si bien es cierto que el problema de ser una banda consagrada es que tienes que cumplir con lo que te consagró, Marea sigue cumpliendo. Siguen repartiendo rock and roll. Y, aunque Kutxi Romero crea que tiene una gran voz para escribir a máquina, desde luego tienen algo más grande que todo: canciones. Y con eso basta.

Siempre, vuestra libertad. Y siempre Marea.

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