25.000 personas en una novena edición pasada por agua y buena música
Os lo veníamos diciendo y es que Huerta del Obispo de Alcalá de Henares volvió a acoger el Festival Gigante durante tres días repletos de ritmo, buen rollo y música para no parar de bailar. Entre los cabezas de cartel encontramos a Loquillo, Viva Suecia, Arde Bogotá o Dani Fernández, pero cabe decir que todos los conciertos fueron y siempre tendrán la misma importancia.
La encargada de dar el pistoletazo de salida a la primera jornada del Festival Gigante fue nada menos que Jordana B. La artista madrileña se comió el escenario con su energía y sus letras pegadizas con mensajes reivindicativos y muy poca vergüenza, como nos gusta a nosotras. Y hablando de mujeres talentosas, también pudimos ver a IreneGarry, que con una voz tímida pero poderosa cautivó al público presente. El poeta de las notas, Ángel Stanich, se subió al escenario para presentarnos un trabajo sublime como él sabe, aunque no dudo ni un minuto en bajarse al público para transmitir la música en su epicentro. Con la noche ya caída, llegaba el apoteosis al escenario Sideral de la mano de Dani Fernández. Un show excepcional bañado a la luz de la luna y un mar de manos alzadas que parecían corear cada verso de sus canciones.
Tras ello, tomaron el relevo los chicos de Cartagena, Arde Bogotá. Cuales Cowboys en a la A3 conquistaron tierras infinitas musicales gracias a sus tintes de rock y su lazo musical que hace a cualquiera preso de su música. Por los escenarios principales también pasaron Karavana, una banda llena de energía y anécdotas, así como los incansables Serial Killerz que conquistaron los últimos minutos de la noche que podría haber sido en vela.
En el escenario Vibra Mahou pudimos disfrutar sin descanso de artistas que rebosaban arte musical. La pista de baile se llenó de personas que saltaban y se movían al ritmo Siete C, Virginia Maestro, Sofía Coma, Atraco, Rorro y Menta. La noche terminó de la mano de la grandísima Bita.El ecuador musical del Festival Gigante
El segundo día del Festival Gigante fue una montaña rusa de emociones musicales y generacionales. Apartamentos Acapulco fueron los encargados de empezar la jornada en el recinto y nos llevaron de viaje por sus mejores temas. También fueron parte de esta fiesta de la música Tulsa, que a parte de ser una ciudad de Estados Unidos, es una banda experta en eso del «Autorretrato» musical. Y cruzaron el charco los uruguayos No te va gustar y sí que nos gustaron… y hemos de decir que al público también.
Cuando llegó el turno de Rufus T.Firefly el cielo se nubló como en una película dramática, y en entre rayo y rayo la banda hizo su magia. Con un público entregado, como estatuas sintiendo cada nota de música en sus huesos, el show siguió adelante.
Hicimos un pequeño remember generacional con la actuación de Loquillo y su horda de fans que gritaban mucho y muy fuerte los clásicos del Rey del Glam. A continuación, aparecieron Shinova quienes nos hicieron cantar al unisonó y conquistaron nuestras voces y corazones. Les siguió Amatria que llegaba desde un lugar de la mancha del cual sí nos queremos acordar para ser uno más del público pese a ciertos problemillas técnicos. Y como broche final de la noche nadie mejor que la locura desenfrenada con las grandísimos We are not Djs.
Ni uno, ni dos, ni tres… siete artistazos pisaron el escenario de Vibra Mahou para descubrirnos nuevas canciones que incluir a nuestra playlist. Las Petunias, Alejo, Lusillón, Habla de mi en Presente, Marta Movidas, DelSol y para terminar la noche el carismático Dj Moderno.
A la tercera fue la vencida
La tercera y última jornada del Festival Gigante prometía grandes momentos musicales, y los tuvo, aunque pasados por agua (y no poca precisamente). Tenemos que decir desde aquí que no somos animales de agua y por muchos chubasqueros que tuviéramos la percepción de ese día ha quedado embarrada por la lluvia.
El caso, el recinto acogió los conciertos de Los Mejillones Tigre, Cosmic Wacho y Alba Reche a primera hora de la tarde. Mucha música, mucho baile, mucha energía y unas nubes más negras que el alma de un metalero. Tras ellos, y ya de perdidos al río actuaron Veintiuno. El grupo toledano capto el alma del público que cantaba al unísono escondido bajo los paraguas sus canciones de amor medio indie, medio emo. Viva Suecia (y Murcia también) tomaron sitio justo después en un concierto apoteósico donde todos los presente se convirtieron en «La Voz del presidente».
A continuación, llegaba Second al Festival Gigante y celebró su despedida con un público entonando temas que ya son himnos a pleno pulmón. Los escenarios Sideral y Gigante se despedía de la mano de la talentosa Queral Lahoz y el carismático Luc Loren, con el que la gente enloqueció y siguió bailando y saltando en los charcos haciendo que un día tan gris resultara inolvidable.
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