Crónica y fotografías: Raúl Blanco (@raulblancophotography)
El mundo de la música no regala nada, al menos a largo plazo, y si una banda se ha mantenido cerca de 45 años, parón incluido, será porque algo tienen, y es que Tequila decía adiós el miércoles a una trayectoria plagada de éxitos y temas absolutamente inmortales en un Wizink Center que les brindo un caluroso, ambientalmente hablando, que no climatológico, último adiós.
Si tienes un tema como “Rock and Roll en la plaza del pueblo” para comenzar un concierto…ya me contareis que puede salir mal. Pues eso, nada, la dupla Alejo, Ariel dejaron hace tiempo sus rencillas a un lado y se compenetran en el escenario a las mis maravillas, a lo Jagger/Richard si me permitís el símil sin tirarme al pilón. Y es que Alejo maneja el escenario mejor que el salón de su casa, es un animal de la escena, y Ariel, es el tipo tranquilo, con una técnica envidiable y haciendo unos coros, voces principales en determinados momentos como en la versión de Moris “sábado en la noche”, que serian la envidia de muchos frontman dentro y fuera de nuestras fronteras.
Pero es que Tequila es mucho más que este binomio, es Lucas Piedra a la batería, el maestro Luis Prado a los teclados, Martin Laudecina a la guitarra y David Salvador al bajo, que lejos de estar “ocultos” o tapados, ocupan y adquieren por méritos propios su parcela de escenario. La base rítmica que ofrecen al sonido de Tequila es inmejorable, como un guante. Llega a tal punto el nivel de calidad que incluso cuando “se lían” a la hora de seguir el setlist y se saltan un tema, lo notamos únicamente los que lo tenemos en nuestra mano para poder seguirlo, el resto de la audiencia aun estará pensando a que se referían los buenos de Alejo y Ariel cuan hablaban entre ellos de “el lio que se habían hecho”.
Un show de sorpresas
Tequila tiene repertorio suficiente para estar tocando tres días completos, pero había que hacer un guiño a pasado, futuro y amigos, en estas, además del anteriormente mencionado tema de Moris, pudimos escuchar un corte del ultimo trabajo de Alejo Stivel, “Yo era un animal”, al que calificó como un tema “prácticamente de Tequila”, y también el “Hace calor” de los míticos Rodriguez, la “otra” banda de Ariel Rot, que fue recibida con gran algarabía como no podía ser de otra forma.
Era una noche especial, sin duda, y es por ello que Alejo quiso invitar a compartirla con ellos a un artista al que conoció cuando era un niño por que su madre daba clases de teatro, no se si os sonara, un tal Dani Martin, que ya casi podría quedarse allí para los conciertos que ofrecerá casi ya en el mismo recinto y en varios días, todos ellos con el cartel de agotado.
Dani Martin se incorporó al show a mitad del “Hace calor” y se quedó con ellos para “Nena”, con una gran complicidad entre el y Alejo, y “Que el tiempo no te cambie”. Te puede gustar o no, mas o menos, pero la voz de Dani Martin empasto perfectamente en el sonido de Tequila, y la interpretación fue impecable, nada que objetar, de hecho, todo lo contrario. Y aquello llegaba al final, Tequila se iba del escenario, como primer intento, después de “Dime que me quieres” y “Me vuelvo loco”, dos de sus incunables, para volver y echar el telón definitivamente con, “Necesito un trago” y “Salta”, como no podía ser de otra manera.
Resulta muy triste ver grupos tan míticos como Tequila decir adiós, nos pensábamos que esto era para siempre pero no es así, y lo cierto es que cada vez nos quedan menos bandas clásicas de verdad, y el relevo, nos empeñamos en hacerlo imposible por lo que esta última fiesta debería haber terminado en lágrimas, pero, termino saltando como canguros, que queréis que os diga, estas son las cosas del puto rock and roll.
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