Él Mato a un Policia Motorizado en Madrid

Nos visitaba la banda platense de Santiago Ariel Barrionuevo, más conocida como El Mató a un Policía Motorizado, para presentar en directo su última creación “Super Terror” (23). Un compendio de 10 temas post pandemia, que intentan mostrarnos una nueva etapa, sin perder su característico desánimo sobre la actual sociedad, en lo que es su sexto disco de estudio.

El lugar elegido es la Riviera, con un Sold Out que se podía apreciar, un par de horas antes del comienzo, por la fila de seguidores que esperaban, bajo una lluvia intensa, a que abriesen las puertas para coger las primeras posiciones, buscando poder sentir de primera mano, la intensidad que transmite la banda a través de sus melodías envolventes.

Apertura de puertas a las 19:30, con público mayoritariamente argentino, con una hora de comienzo aproximada de las 21:00. Lo primero que me extrañó fue que no hubiera teloneros, algo habitual en las bandas que tocan en la Riviera, para un tiempo de espera de hora y media (que luego resultaron casi dos horas al retrasarse el comienzo para que la gente atascada por la lluvia llegase).

La gente se impacientaba al ver que el retraso era considerable, por lo que pasadas las 9:30 y tras apagado de luces, saltaban al escenario los 6 integrantes de la banda, acompañados de gritos y aplausos.

Con sonido de película de terror de los 80 y una luz roja que recordaba a las películas de Darío Argento, sonaba los primeros acordes de Magnetismo, raro teniendo en cuenta que nos vamos a su segundo trabajo La Dinastía de Scorpio (12), pero que servía para conectar a todo el público con el sonido noise rock que tanto los ha caracterizado y que tanto recuerda a Pixies.

Suena la batería eléctrica para la intro de Un segundo Plan, perteneciente a su último disco, con el que consigue unir el pasado con un presente con el que, como dice la letra, necesitan un referente ante tanto desanimo “Quiero saber a quién seguir…”

Con La Noche Eterna nos aproximaba a su disco La Síntesis  O’Konor (17) mostrándonos el guion argumental que la noche iba a tener. Un paseo por toda la discografía, centrada principalmente en la Síntesis y Super Terror, con algún tema de Dinastía de Scorpio.

Los temas se van desarrollando lentamente, sin pausa, creando un ambiente embriagador, con luces rojas en su mayoría que trababan de ocultar a la banda, en una cortina de sangre, dándoles anonimato y que nos preocupásemos simplemente de las letras y del mensaje que querían transmitir.

Con El Perro rescataron el único tema de La Otra Dimensión (19), claro ejemplo de la modulación tan característica de Santiago, con letras comprimidas en una melodía que parece que se le queda pequeña, y un tempo parecido al que se le quedaban a los discos de 45 cuando los ponías a 33 rpm.

Mas o menos bien, Medalla de Oro, Destrucción…con apenas unas palabras de vez en cuando de Santiago preguntándonos si queríamos más, dando la impresión de cierta vergüenza o respeto en los locales pequeños, recordándonos también a la sobriedad en el escenario de los de Black Francis.

El concierto va pasando sin grandes sobresaltos, con un impecable sonido y una voz cautivadora, el público no empieza a pogear hasta el tema Jonny B, más guitarrero y con algo más de tempo en el estribillo que deja cierto margen a que los de siempre se peguen un poco.

Con Excalibur, El Mundo Extraño y Coronado en un escenario azulado, haciendo una simbología de lo caliente a lo frio, cierran la primera parte del concierto, dejando el escenario con un sonido ambiente de nave espacial, durante unos minutos que se hicieron eternos por el ruido que dejaron de fondo. En acústico vuelven al escenario para la melancólica El Universo, en la que da por cerrada una relación en la que ya, las palabras no pueden hacernos mal.

Retomamos sintetizadores para ir con Moderato, Ahora imagino cosas, Fuego, concluyendo con Chica de Oro y un final retrocediendo hasta 2008 con Mi Próximo Movimiento.

Un concierto de casi dos horas y 22 temas, que han recorrido toda la discografía de los argentinos, con una puesta en escena muy simple, demasiado cargada de tonos rojos y azules, y poca interactuación con el público (muy Pixies). Como se suele decir, este grupo es Café para los muy Cafeteros, como le ocurre a casi todos los grupos argentinos como La Versuit, pero que tienen su punto y merece la pena verlos en directo.

Si no los conocéis, os recomiendo tirar directamente a Super Terror (23), para ir hacia atrás, desde unas melodías más del tipo psicodelia indie, hacia sonidos más profundos noise y post punk de sus primeros trabajos. El punto fuerte son sus letras: apocalípticas, tristes, que buscan la redención, dentro del desanimo del día a día, de la tristeza…pero que dan una esperanza de luz al final del túnel.

Valoración…pues un Notable por su falta de empatía con el público pese a ser compatriotas en su mayoría, y unas luces que impedían en muchas ocasiones ver a la banda.